IBT Paulina Mercadillo Herrera | Monitor Clínico CIF
Hoy en día, la medicina busca apoyarse en nuevas herramientas científicas y tecnológicas como la biotecnología, que le permitan desarrollar estrategias de diagnóstico temprano; conocer las particularidades genéticas no sólo de las enfermedades sino también de los pacientes y generar tratamientos especializados.
En el presente artículo se hablará de algunas aportaciones innovadoras de la biotecnología a la medicina según diferentes objetivos.
En términos simples, la biotecnología se define como el uso de microorganismos vivos o algunos productos de estos para el beneficio humano, tiene la finalidad de generar un producto o resolver un problema. Por ejemplo: las vacunas que están hechas a partir de virus o bacterias debilitadas.
Hace muchos años, los médicos creían que con la succión de las sanguijuelas sobre pacientes enfermos, estas podrían extraer la sangre del paciente y a la vez la enfermedad. Hoy sabemos que eso no es posible, sin embargo, “la biotecnología propone estudiar las enzimas de la saliva de sanguijuelas como posibles anticoagulantes que pueden ayudar a tratar derrames cerebrales o ataques al corazón” (Thieman y Palladino, 2010: 261).
Esto último forma parte de la biotecnología médica, las cuales junto con las terapias biotecnológicas, tienen el objetivo de generar una terapia o medicamento que vaya dirigido específicamente al tejido o la célula que está enferma, o bien, que sea específico para el paciente con base, no solo en la enfermedad sino también en su genética. Una terapia biotecnológica busca evitar que células o tejidos sanos se vean afectados por el medicamento y que el tratamiento sea lo más efectivo y eficaz posible para cada paciente, esta puede reducir los efectos secundarios y posiblemente, el tiempo de tratamiento.
Es importante considerar que, aunque un par de personas padezcan la misma enfermedad o se les asigne el mismo tratamiento, pueden no responder de la misma manera ante él. Esto se debe a que las diferencias que apreciamos en cada persona (fenotipo) están definidas por nuestros genes (genotipo). Los genes también pueden dar o quitar la funcionalidad de “algo” en nuestro organismo. En este caso, pueden hacer que un medicamento le funcione o no al paciente en determinadas enfermedades.
Le llamamos “farmacogenética a la manera en la que los genes afectan al funcionamiento de un fármaco” (Gutiérrez, 2004). Por ejemplo: hay personas que con dolor de cabeza pueden ingerir paracetamol y se termina la molestia, pero habrá otras que dicho medicamento no les resulte efectivo y tengan que consumir otro o modificar la dosis. Esto se debe a una posible variación en sus genes, lo cual justifica las bases para la creación de una opción terapéutica personalizada basada en el perfil genético de cada paciente.
Una de las terapias biotecnológicas más estudiadas en la actualidad, pero también con más controversia, es la terapia génica. De acuerdo con Thieman y Palladino (2010), “esta consiste en administrar genes terapéuticos (sanos) para corregir genes defectuosos que han desencadenado una enfermedad” (275). Pensemos en una persona que padece cáncer en los huesos porque tiene un gen “encendido” (expresado) que debería de estar “apagado” (silenciado). Una terapia génica buscará llevar específicamente a ese gen “encendido” una secuencia que lo pueda “apagar”, para evitar que las células cancerígenas se sigan reproduciendo.
La ventaja de la terapia génica es que es completamente dirigida y no habrá manera de dañar otros genes. Sus desventajas son el alto costo en comparación con otros tratamientos y las implicaciones éticas que se desencadenan alrededor del tema; por ejemplo, el hecho de que se requieran varios diseños experimentales en animales para probar que la terapia es viable en humanos.
Actualmente, a nivel mundial se estudian diversas terapias génicas dirigidas a los pacientes con artritis reumatoide. “Una de ellas busca regular o corregir el gen que está dañado, se administra al paciente un gen terapéutico que permita evitar o retrasar la expresión del gen defectuoso. La segunda opción, consiste en diseñar siRNAs (moléculas de ácido ribonucleico muy pequeñas) que se dirijan a las articulaciones inflamadas, con esto se busca que el gen defectuoso deje de expresarse (Cisneros, 2017).
La nanobiotecnología (nanotecnología + biotecnología) propone el transporte ideal para poder ingresar estos medicamentos dirigidos o personalizados, así como los genes correctos, a las zonas específicas del cuerpo donde se requieren. Para ello se diseñan nanopartículas de materiales que no sean tóxicos para el cuerpo, como polímeros u oro. Por ejemplo, hay nanopartículas de oro que contienen un medicamento específico para cáncer. Estas nanopartículas tienen una cubierta que permite identificar a la célula enferma a la que tiene que dirigirse. Una vez que llegó a ella, la nanopartícula libera el medicamento sin generar algún impacto en las células sanas.
Como se describió anteriormente, la biotecnología, en su campo médico, propone y brinda soluciones que permiten enfrentar diversas enfermedades desde una perspectiva más especializada e innovadora. Las terapias biotecnológicas son el auge de nuestros días ya que buscan eficientizar los diagnósticos tempranos, generar medicamentos personalizados, diseñar terapias génicas, entre otras, para brindar mayor esperanza de vida al paciente o bien, mejorar su calidad de vida durante su tratamiento.
REFERENCIAS
*Thieman, W y Palladino, M. (2010). Introducción a la biotecnología. Ed. Pearson. Madrid, España. pp. 261-275.
*Gutiérrez, R. (2004). Farmacogenética: medicina personalizada. Rev Cubana Farm v.38 n.3 Ciudad de la Habana. Recuperado el 17 de junio de 2020 de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75152004000300012
*Cisneros, A., Felgueres, M., Et. Al. (2017). Estrategias terapéuticas para la artritis reumatoide: hacia las terapias biotecnológicas. Ed. Medigraphic. Investigación en Discapacidad. Vol. 6, Núm. 2, mayo-agosto 2017. Pp 69-87.